El Ejército
ecuatoriano, las autoridades de turno, Gobernador, Alcalde, Concejales y pueblo
en general, sin olvido, rendía homenaje a los héroes caídos el 24 de mayo de 1822 bajo el mando de José Antonio Sucre, en las
faldas del Pichincha. Este homenaje lo rendían en el parque Calderón, en
Cuenca, a los pies del héroe niño, Abdón Calderón.
Así lo hacían
todos los años, pero este 2023 se les olvido, puesto que todos estamos
preocupados por la famosa muerte cruzada.
Ya dejaron sus curules los asambleístas, que
pobrecitos ellos, se sacrificaban por el bienestar del pueblo, ganando la miseria
de cuatro mil setecientos dólares, lo que luego de pagar los impuestos, no les
alcanzaba ni para una semana de sus gastos personales, eso hizo que se
olvidaran de esta fecha tan importante.
El Presidente
está preocupado por quien le sucederá en el cargo, y como puede recuperar su
imagen en los seis o siete meses que le queda en su puesto, no dio la
importancia del caso en su discurso para homenajear a los héroes caídos el 24
de mayo, solo se acordó de enviar su proyecto de recuperación
económica, que, aunque los entendidos digan que esa es la panacea, yo creo que
no es más que un nuevo sueño inconcluso.
Las Fuerzas Armadas, también se olvidaron de sus colegas que el 24 de mayo con fusiles y
bayonetas lucharon en las estribaciones de los Andes, en contra de soldados colonizadores
que les doblaban en número y tenían mejor armamento. Se olvidaron, porque ahora
no solamente están en los cuarteles, también están luchando contra la
delincuencia en las calles de la patria, exponen su vida frente a delincuentes
organizados, preparados en el exterior, que saben armar y explotar bombas. Se olvidaron
de sus colegas y no les brindaron ni siquiera una ofrenda floral.
También el
exministro Zapata se olvidó, en su último discurso de ofrecer un saludo,
destacando la acción del ejército y del héroe niño que ofrendo su vida con la
bandera en su mano derecha, luego cuando le volaron esta extremidad, con la
bandera en la mano izquierda, luego le volaron las piernas, y por fin,
demostrando una valentía digna de un superhéroe tomo la bandera entre sus
dientes y al grito de libertad o muerte ofrendo su tierna vida a su amada
patria.
Nadie se acordó
de rendir homenaje a este joven hijo de Francisco Calderón y Doña Manuela
Garaycoa, nacido en Cuenca, quien desde muy joven se unió a la causa
libertaria.
La Historia-Leyenda
cuenta de los cuatro balazos y su muerte con la bandera del Ecuador en sus
dientes, de acuerdo a lo escrito por Manuel J. Calle, desmentido posteriormente
por quienes no quieren que tengamos héroes, que, aunque convertidos en
leyendas, acrecientan el ego del pueblo y quieren emularlo en los actos
heroicos. Ahora no tenemos estos héroes, que alguien los llamó héroes de barro,
tampoco tenemos civismo, profanamos constantemente nuestra bandera, el Himno Nacional y mucho más el Escudo de Armas.
Que pena que las
autoridades se olvidaron de llevarle como siempre, una ofrenda floral en
memoria de todos los héroes que dieron su vida por la libertad.
Quizas ahora no se olviden de Manuela Caañizares, Carlos Montufar, Antonio José de Sucre, Simón Bolívar, Juan Pio Montufar,Francisco Javier Ascasubi, Nicolas Aguilera, Juan PAblo Arenas,
Juan Salinas. A los heroes es menester mantenerlos siempre en la mente, son los que nos dan la fuerza para seguir luchando por nuestra verdadera libertad.