Generación de cristal…
Las tórtolas contra las escopetas
“Si tus crías bien a tus hijos, podrás mimar a tus nietos,
pero si tu mimas a tus hijos, tendrás que criar a tus nietos”
Es una vieja sentencia popular que pone de manifiesto la
necesidad absoluta de educar a nuestros niños en casa, porque de aquí nacen los
valores morales, éticos, cívicos y patrióticos. Una vez educados en casa, su
comportamiento en la sociedad, será enseñada en las escuelas y colegios.
Que los ahora adultos mayores hayamos sido educados, o si se
quiere, criados con otros métodos muy diferentes a los actuales está a la vista
y que queramos calificarlos como métodos crueles e inhumanos, a lo mejor, pero
los resultados también están a la vista. Hasta ahora los adultos mayores
saludamos cuando llegamos a una casa, cedemos el asiento en el bus o en la
iglesia, hablamos correctamente sin utilizar palabras obscenas, respetamos los
símbolos patrios y los celebramos, no lo hacemos con costumbres importadas.
El respeto hacia nuestros mayores es real, jamás nos hemos
puesto altaneros con nuestros padres, lo hemos honrado como dicen los diez
mandamientos (Respetaras padre y madre). En las escuelas, los maestros
representaban a nuestros padres y nos reprendían cuando actuábamos mal. La
palabra del profesor era como la de nuestro padre.
No teníamos celular ni Tablet, tampoco teníamos calculadora
portátil, aun no se inventó la computadora ni de mesa ni portátil, teníamos que
ir a la biblioteca para investigar un deber o un trabajo. Nos sabíamos de
corrido las tablas de sumar, restar, multiplicar y dividir. Los verbos lo
recitábamos en todos los tiempos, presente, pasado y futuro. Sabíamos cuales
son las capitales de los países, las capitales de las provincias del país.
La historia era una
materia que nos encantaba, sobre todo cuando llegábamos a las gestas
libertarias, y nos decían como con mingas construían las carreteras, los
puentes, nos emocionábamos con el Lugar Natal, La cívica, etc.
El deber lo llevábamos a casa y ahí, conjuntamente con
nuestras obligaciones del hogar, teníamos que realizarlo con la supervisión de la
mama o el papa, momento en el que aprovechábamos para conversar con ellos y
contarles nuestras proezas del día y ellos nos aconsejaban como resolver los
problemas.
Una vez terminado el deber, pedíamos permiso para salir a
jugar en la calle con nuestros vecinos y jugábamos, los niños, futbol, el arco
eran dos piedras, otros con los aros, los trompos, las bolitas o canicas, las
niñas jugaban a la semana, las muñecas, a la escuelita, la macateta y mucho más,
pero eso si hasta las 9 de la noche, porque a esa hora se iba la luz y nos
quedábamos en tinieblas.
Hoy, los niños tienen la palabra, si no se les complace
comprando el juego de moda, facilito nos arrojamos al suelo, pataleamos,
gritamos, jalamos del pelo a la mamá, pateamos al papá. En el colegio
insultamos a los compañeros, gritamos al profesor y traemos a papá para que le
rompa la nariz.
El profesor, para romper el hielo, expreso algún comentario
que no le gustó al niño, este llamó al papá, iracundo irrumpió en le escuela y
con gritos e insultos fuera de tono espero que el maestro se quede solo y lo
golpeo de tal manera que le rompió la nariz, le presento hematomas, le dio con
la cabeza sobre el escritorio. Y ¡cuidadito con hacer o decir nada, porque de
lo contrario se va preso!
El día transcurría normalmente, un niño estaba en peligro,
en un lugar no apto, la maestra le dice que se retire de ahí, porque puede
lastimarse, ¿Y que creen ustedes?, el niño se abalanza contra la maestra y le
pega puñetes en el estómago, en el pecho, le patea como si estuviera peleando
con uno igual. Los estudiantes, que fueron testigos de este horro tuvieron que
agarra a este niño y retirar a la profesora, porque de lo contrario este chiquitín,
que no era tan chiquitin le seguía, masacrando.
¡Sí! El niño tiene
derechos, y ¿Los de la profesora, de esta escuela, y la del otro maestro que
recibió la golpiza del padre?, ellos no tienen derechos, Las voces se harán
sentir, dirán que hay que investigar el caso, porque a lo mejor los profesores
actuaron mal, otros dirán que defienden su sueldito, pero lo cierto es que los
niños tienen derechos inviolables, así mismo, y repitiendo frases que ya escribí
en otros artículos, los niños también tienen obligaciones, una de ellas
respetar a su semejante y muchos más a sus padres, a sus profesores.
A lo mejor el niño tiene problemas desde su casa, le tratan
mal, lo golpean, no tiene cariño. Pero ahí deben intervenir las autoridades,
las direcciones distritales, los psicólogos de los distritos, al comprobar
violencia, o falta de autoestima, o problemas de violencia el DC debía haber
tomado cartas en el asunto, no puede ser posible que estas entidades estatales
burocráticas, sirvan solo para justificar el sueldo de quienes lo están
ocupando, deben solucionar todos los problemas que tenga su distrito.
Pie de foto.
– hijo, cae a golpes a su madre, porque le corrigió su mal comportamiento
Señores, estamos ante una generación diferente, nosotros los
padres los hemos formado así. No podemos tratar de encontrar culpables donde no
los hay, nosotros somos muy permisivos. Si el niño hace berrinche, nosotros
somos los culpables por permitirles. Si el niño es caprichoso, somos culpables
por no parar sus caprichos, si son irrespetuoso somo culpables porque así les
enseñamos. Los únicos culpables somos nosotros los padres que no les enseñamos
valores y eso es nuestra responsabilidad, no de la escuela, no del maestro.
¿Qué hacemos ahora?...Nada creo que ya es tarde, así los
criamos, esperemos a ver que pasa cuando les toque ser padres, lideres,
políticos, dirigentes de nuestra patria.
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